1619-1671. Arquitecto, escultor y pintor. Nacido en Madrid, recibió las primeras enseñanzas de su padre el escultor Antonio de Herrera y continuó su formación como discípulo de Alonso Cano. Bajo tutela de su maestro realizó sus primeros trabajos, como los bocetos y decoraciones para la entrada conmemorativa en Madrid de Mariana de Austria en 1649, en los que ya aparecen sus grandes dotes de dibujante y pintor. A partir de este momento, trabajará por su cuenta y se irá introduciendo en el mundo de la arquitectura con trabajos como el retablo camarín de la capilla del Cristo de la Iglesia parroquial de San Ginés (1657), a la vez que colabora en la construcción de la capilla de San Isidro. Su maestría irá creciendo y con ella el número de encargos, como el nuevo diseño barroco de los jardines y fuentes del Real Sitio de Aranjuez (1660), lo que le valdrá su nombramiento de Ayuda de Furriera de la Casa Real, y más importante todavía, de Mayordomo Mayor de las Obras Reales a la muerte de José de Villarreal en 1662. Recién estrenado su cargo realizó el ochavado de la capilla del Convento de Nuestra Señora de Atocha y su retablo mayor. Su creciente ocupación en la construcción no fue impedimento para seguir realizando monumentos, pinturas y decoraciones, como el túmulo funerario para honrar la muerte de Felipe IV en 1665. Tanto es así que en 1668 recibió el nombramiento de Pintor de Corte y recibió el encargó de trazar la que sería su obra más importante, la Iglesia y Convento de Santa María la Real de Montserrat, en la calle de San Bernardo -en la imagen-. Por último, en 1671, a los pocos meses antes de morir, se le designó supervisor de los proyectos para la construcción del nuevo Puente de Toledo. |